Diseña la grilla de clases de tu gimnasio para llenar horarios clave, subir la asistencia y usar mejor tu equipo y espacio.
Si sientes que tus clases son buenas pero el salón solo se llena en dos o tres horarios, el problema casi nunca es “la gente no quiere entrenar”, sino cómo diseñar la grilla de clases de un gimnasio. Para maximizar la ocupación no hace falta inventar una disciplina nueva ni duplicar el presupuesto de publicidad: basta con ordenar horarios por bloques, alinear cada franja con el tipo de cliente que realmente puede venir y probar pequeños cambios durante unas semanas antes de tocarlos de nuevo.
El patrón se repite en muchos centros: las 18:00 y las 19:00 a tope, y el resto del día medio vacío. Por un lado, eso genera la sensación de “éxito parcial”; por otro, desperdicia espacio, horas de coach y energía del equipo. Y ahí aparece la duda clásica: “¿Será que necesito más campañas en Instagram o una oferta agresiva para llenar el resto?”.
La realidad es que, muchas veces, no es un problema de marketing, sino de arquitectura de horarios. Si concentras tus clases más atractivas en las mismas franjas, si ofreces demasiadas opciones a la vez o si no respetas los horarios reales de tu público (padres y madres, gente de oficina, universitarios, etc.), es normal que algunas clases exploten y otras no pasen de tres personas, por muy buen entrenamiento que propongas.
La buena noticia: con ajustes finos en la grilla, puedes mejorar claramente la ocupación sin bajar precios ni lanzar campañas nuevas cada mes. Analizar qué franjas funcionan, reagrupar horarios por bloques (mañana, mediodía, tarde, noche) y mover estratégicamente las clases “estrella” puede elevar el número de personas por clase en cuestión de semanas.
En Crossfy Blog ya te contamos cómo optimizar tu gimnasio, te respondimos cuántos trabajadores tiene que tener en tu negocio de fitness, y cómo elegir el software para tu espacio. Hoy, queremos contarte cómo diseñar la grilla de clases para maximizar ocupación en tu gym. ¡Empecemos!
¿Por qué la grilla de clases define la ocupación de tu gimnasio?
En un centro de entrenamiento, la gente no elige solo “qué clase”, sino qué clase en qué horario. Por eso, más allá de la calidad del servicio, la forma en que organizás la grilla de clases de un gimnasio termina definiendo cuántos socios entran por día, cuántas clases se llenan y cuántas quedan medio vacías. La misma propuesta, con otra distribución horaria, puede tener una ocupación muy distinta.
Pensalo desde el lado del alumno: si tus horarios “fuertes” chocan con la salida del trabajo, el horario escolar o el tráfico de la ciudad, esa persona simplemente no puede venir, aunque ame tu gimnasio. Lo mismo pasa cuando ponés horarios “imposibles” (por ejemplo, una sola clase a las 15:00 en una zona de oficinas) o dejás grandes huecos en momentos donde tu público sí podría entrenar, como el mediodía o la franja 18:00–20:00.
Otro problema clásico es la sobrecarga de opciones en el mismo horario. Si a las 19:00 ofreces funcional, HIIT y fuerza al mismo tiempo, estás dividiendo a tu propia comunidad. En cambio, en otras franjas quizás tenés una sola clase “floja”, y el resultado es previsible: un par de horarios explotados y muchos huecos el resto del día. La grilla debería ayudarte a repartir la demanda, no a competir contra vos mismo.
También influye mucho cuándo colocás tus clases más atractivas. Si todas las “estrellas” (CrossFit, funcional, circuitos intensos) caen en momentos de baja demanda general, vas a pelear contra la agenda real de la gente: tráfico, horarios de cena, compromisos familiares. Lo inteligente es alinear esas clases clave con las franjas donde tu público efectivamente está disponible, y dejar propuestas más técnicas o suaves para momentos naturalmente más tranquilos.
Detrás de esto hay tres errores muy comunes:
- Copiar la grilla de otro box o gimnasio sin mirar tu propio barrio y tus propios clientes.
- Cambiar los horarios cada mes “a ciegas”, sin mirar qué funcionaba y qué no.
- Colocar todos los clásicos llenos (CrossFit, funcional, HIIT) en la misma hora “de moda” y olvidarte del resto del día.
Para salir de la intuición, alcanza con una métrica muy simple: el porcentaje de ocupación. En castellano llano: cuántas personas vienen realmente a la clase ÷ cuántos lugares tenés disponibles.
Si tu sala admite 15 personas y suelen venir 12, estás cerca del 80 % de ocupación; si solo aparecen 4, estás usando muy mal tu espacio y al coach.
Si trabajás con una app de gestión como Crossfy, ver esto es mucho más fácil: las reservas y los check-ins te muestran, de un vistazo, qué horarios se llenan, cuáles se mantienen estables y en cuáles estás perdiendo potencial.
¿Cómo diseñar paso a paso una grilla de clases eficiente para tu gimnasio?
Si quieres una grilla de clases de un gimnasio más eficiente, no hace falta reinventarlo todo: basta con seguir unos pasos claros, medir cosas sencillas y respetar los tiempos de prueba. Te propongo un proceso en cuatro pasos que podés aplicar tanto en un box pequeño como en un centro con varias salas.
Paso 1: Mirar quién viene hoy y en qué horarios
Antes de mover piezas, necesitás una foto honesta de tu situación actual. Sin tecnicismos:
Horarios con más asistencia: dónde se te llena la sala o se acerca al límite.
Horarios con menos asistencia: clases que nunca despegan o siempre quedan “a medias”.
Tipos de clases más elegidas: cuáles se reservan primero cuando abrís el calendario (funcional, fuerza, yoga, etc.).
Estos datos los podés sacar de forma muy simple: anotando durante dos semanas en una hoja, usando un Excel básico o, si ya trabajas con una app de gestión, mirando el historial de reservas y check-ins. Más adelante podés profundizar con métricas finas, pero para rediseñar la grilla alcanzan estos tres puntos.
Paso 2: Definir bloques horarios y perfiles de público
Con esa foto, ordená el día en bloques horarios:
- Mañana: 6–9 h
- Mediodía: 12–14 h
- Tarde: 17–20 h
- Noche: 20–22 h
Luego pensá qué tipo de persona puede venir en cada bloque: madrugadores que trabajan temprano, gente de oficina al mediodía, familias y estudiantes por la tarde, etc.
La regla práctica: intenta que cada bloque tenga como mínimo:
- 1 clase “fuerte” o más intensa (funcional, HIIT, CrossFit, etc.).
- 1 opción más accesible o técnica (movilidad, fuerza básica, Pilates, yoga, técnica de levantamientos…).
Así evitás que todo lo atractivo esté concentrado en un solo tramo del día.
Paso 3: Repartir bien las clases “estrella” y las complementarias
Las clases “estrella” son las que más se llenan. En lugar de ponerlas todas juntas, usalas como ancla: una actividad muy demandada que ayuda a atraer gente a un horario. Si ya tenés un bloque con muy buena asistencia, no hace falta sumar otra estrella allí; puede rendir más mover una de ellas a una franja con ocupación media para levantarla.
Otra buena práctica es combinar, en un mismo día, una clase intensa con otra complementaria: por ejemplo, funcional + movilidad, o fuerza + estiramientos. Eso mejora la adherencia y da una excusa clara para que la gente vuelva.
Paso 4: Hacer un piloto de 4–6 semanas y ajustar
Llamamos “piloto” a una prueba con fecha de inicio y de fin, no a un cambio definitivo. Comunica a tus socios que durante 4–6 semanas probarás una nueva grilla y que luego evaluarás.
En ese periodo, mirá solo tres cosas:
- ¿Subió la cantidad de personas por clase en los horarios que querías mejorar?
- ¿Alguna clase se vació después del cambio?
- ¿Qué comentarios espontáneos aparecen en recepción, redes o conversaciones con el coach?
Al final, la ocupación de tu gimnasio no se juega solo en el tipo de entreno que ofrecés, sino en cuándo y cómo lo ponés en la grilla. Una misma clase puede estar vacía a las 15:00 y llena a las 19:00; la diferencia no es el contenido, sino el encaje con la vida real de tus socios y la combinación de opciones que les das en cada franja horaria.
No hace falta que rehagas todo de golpe. Podés empezar por una sola franja horaria, por ejemplo la tarde, mover una o dos clases, avisar que se trata de un piloto y ver qué pasa con la asistencia. Si funciona, extendés la lógica al resto del día; si no, corregís rápido sin marear a nadie.
Con una app como Crossfy App podés gestionar reservas, check-ins, recordatorios y reportes de retención desde un solo lugar. El objetivo no es solo “recibir” socios, sino integrarlos a una rutina sostenible y medible. ¡Hasta la próxima!