Elegir bien la cama de Pilates mejora la experiencia, optimiza el espacio y fortalece la propuesta de tu estudio o gimnasio.
El Pilates se ha consolidado como una disciplina clave dentro de los espacios de entrenamiento, tanto por sus beneficios físicos como por su capacidad para atraer públicos diversos. Cada vez son más los estudios y gimnasios que incorporan clases de Pilates, ya sea como eje principal o como complemento a otras propuestas, y con ello surge una pregunta inevitable: ¿qué tipo de equipamiento se necesita?
Si bien existen distintos elementos dentro de esta práctica, las camas de Pilates son una pieza central en la planificación de clases y servicios. No todas son iguales, y no todas sirven para lo mismo. Elegirlas adecuadamente no solo impacta en la calidad del entrenamiento, sino también en la organización del espacio, la inversión inicial y la experiencia general que se le ofrece a quienes entrenan.
Existen diferentes camas que responden a necesidades específicas: algunas son más versátiles, otras más técnicas; algunas se adaptan mejor a clases grupales, otras a entrenamientos personalizados. Conocer estas variantes es clave para tomar decisiones acertadas, especialmente cuando se piensa en el crecimiento o renovación de un estudio.
En Crossfy Blog ya te dimos cuáles son las diferencias clave entre pilates mat y pilates reformer, te contamos cuál es el tipo de pilates más efectivo, y te dimos ideas para el Instagram de tu estudio, entre otros artículos que te van a servir para seguir creciendo con tu negocio. En esta nota vamos a repasar los principales tipos de camas que se utilizan en Pilates, para qué sirve cada una y qué tener en cuenta a la hora de elegir la más adecuada para tu espacio. ¡Empecemos!
¿Qué tipos de camas se utilizan en Pilates y para qué sirve cada una?
Dentro del método Pilates, las camas o aparatos principales tienen funciones específicas que permiten adaptar la práctica a distintos niveles, objetivos y estilos de clase. A continuación, un repaso por las más utilizadas en estudios y gimnasios.
Reformer: Es la cama más popular y versátil. Su estructura con carro deslizante, muelles y correas permite trabajar fuerza, control y elongación al mismo tiempo. Es ideal tanto para clases grupales como individuales, y se adapta a todo tipo de usuarios, desde principiantes hasta avanzados. Es la opción base en la mayoría de los estudios.
Cadillac (o Trapecio): Más compleja y voluminosa, esta cama incluye una estructura superior con barras, poleas y resortes que permiten una gran variedad de ejercicios en suspensión. Se usa habitualmente en sesiones individuales y en procesos de rehabilitación o trabajo postural profundo. Requiere mayor conocimiento técnico por parte del instructor y más espacio físico.
Wunda Chair: De tamaño compacto, esta “silla con resistencia” se utiliza para ejercicios de fuerza y equilibrio. Permite un trabajo muy específico, especialmente en zonas como core y tren inferior. Su uso es más común en clases personalizadas o como complemento en clases grupales de nivel intermedio o avanzado.
Ladder Barrel: Este aparato combina una especie de semicírculo acolchado con una escalera de madera. Se utiliza para mejorar la flexibilidad, fortalecer la espalda y trabajar la movilidad articular. Es especialmente útil en sesiones de elongación y control postural. Suele emplearse en clases individuales o grupos pequeños.
Spine Corrector: También conocido como "step barrel", es un aparato más simple y accesible. Se enfoca en ejercicios que corrigen la alineación de la columna, mejoran la movilidad de la espalda y fortalecen el centro. Muy útil en clases de iniciación, en adultos mayores y en trabajos terapéuticos.
Cada una de estas camas cumple un rol específico dentro del repertorio de Pilates. Comprender sus usos y niveles de exigencia permite diseñar propuestas más completas, funcionales y adaptadas al perfil de los alumnos que asisten al espacio.
¿Cómo elegir la mejor cama de Pilates para tu estudio?
Invertir en equipamiento para Pilates no es solo una decisión técnica: también es estratégica. La cama ideal no es necesariamente la más costosa o la más completa, sino la que mejor se ajusta al funcionamiento y objetivos de tu espacio. A continuación, algunos criterios fundamentales a tener en cuenta antes de decidir.
Tipo de clases que se brindan: Si tu estudio se especializa en clases grupales, el Reformer suele ser la mejor opción por su adaptabilidad y facilidad para organizar varias estaciones. En cambio, si se trata de sesiones individuales o programas personalizados, puede ser interesante incorporar aparatos como el Cadillac, la Wunda Chair o el Ladder Barrel, que permiten un trabajo más específico y profundo.
Espacio físico disponible: El equipamiento de Pilates puede ocupar desde un mínimo hasta varios metros cuadrados. No es lo mismo disponer de una sala amplia para múltiples Reformer que contar con una habitación para clases personalizadas. Tener claras las dimensiones y la circulación del lugar es clave para evitar compras que luego limiten la operatividad del estudio.
Presupuesto vs. durabilidad: Las camas de calidad implican una inversión significativa, pero también ofrecen mayor vida útil, seguridad y experiencia de uso. Antes de optar por una alternativa económica, conviene evaluar cuánto tiempo se espera que dure el equipo y si realmente soportará el uso intensivo del día a día. A largo plazo, lo barato puede salir caro.
Versatilidad del equipo: Hay camas que permiten adaptar los ejercicios según el nivel o la necesidad del alumno. Apostar por equipamiento versátil facilita el armado de clases mixtas y la respuesta ante cambios en la demanda. Esto es especialmente útil en espacios con programación dinámica o cuando se busca aprovechar al máximo cada metro cuadrado.
Público objetivo: No es lo mismo equipar un espacio orientado a adultos mayores que uno enfocado en deportistas o personas en rehabilitación. Identificar el perfil de quienes asisten (o se espera que asistan) permite elegir la cama adecuada para sus necesidades reales. Esto, además, mejora la experiencia y fortalece la fidelización.
Elegir bien el equipamiento no solo mejora la calidad de las clases: también permite optimizar el uso del espacio, planificar mejor la inversión y tomar decisiones más coherentes con el rumbo del negocio. Es una muestra de gestión profesional que, con el tiempo, se nota en los resultados.
Conocer en profundidad las distintas camas que se utilizan en Pilates no solo amplía la mirada sobre esta disciplina, sino que permite tomar decisiones de compra más informadas y efectivas. Cuando se entienden las funciones y características de cada aparato, resulta más sencillo armar una propuesta que combine lo técnico con lo operativo.
Elegir el equipo adecuado no es únicamente una cuestión de presupuesto o espacio. También es una forma de cuidar la experiencia que se ofrece, de anticiparse a las necesidades del público y de proyectar un crecimiento sostenible para el estudio o gimnasio. Una inversión bien pensada no solo rinde en resultados físicos, sino también en organización y eficiencia.
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