Creer en lo que uno siente. Jugarse por lo que uno quiere. Apostar todo, pero con el corazón. No es suerte. Nunca es suerte. Es esfuerzo, dedicación, aprendizaje. Intentar. Fallar. Volver a intentar. Volver a fallar. Los que llegan a la victoria perdieron cientos de batallas. Pero se levantaron, volvieron a intentarlo. Porque creen en lo que hacen, porque dejan todo por su visión. 

Leer historias ajenas nos hace pensar, cambiar, crecer. Aprender. Para eso existen. Y qué mejor que arrancar Crossfy Blog con la historia de Ricky Wagner, dueño, creador y fundador de Q21 Sport Fitness. Licenciado en Actividad Física y Deporte de la Universidad de La Plata, luego de algunos años como jugador de fútbol, con el título bajo el brazo comenzó a trabajar como entrenador. Fueron años de aprendizaje y evolución, mirando siempre hacia adelante. Argentina, Provincia de Buenos, Quilmes. Allá vamos.

Los inicios de Q21

¿Cuáles fueron tus primeros pasos para poner un box de CrossFit?
Primero hice Crossfit Level 1, ya que te pedían una certificación para poner un box oficial. En ese momento estaban viniendo instructores estadounidenses a hacer las certificaciones. Cuando la hice éramos alrededor de cuarenta. Yo ya sabía lo que quería hacer: poner un box de CrossFit oficial, el primero en Quilmes. Hice la certificación, mandé la solicitud para el box, me la aprobaron, y ahí empecé la búsqueda del lugar. Estaba solo, y no tenía espalda económica. En todos los años de personalizados, más el fútbol, había podido comprarme un departamentito que me había salido 17 mil dólares. Lo vendí, y puse todo en este lugar en el que estamos. El lugar es gigante, y en ese momento no sabía cómo podía llegar a funcionar. Entonces armé un esquema de gimnasio que no fuera exclusivamente de CrossFit. No era seguro, y yo no tenía la experiencia de estar en un emprendimiento así de grande. 

¿Cómo fue tu primera idea de gimnasio?
Le dí mi impronta, quería que los profes atendieran a los socios, que estuvieran cerca. El esquema era entrenamiento funcional y máquinas, pero de pesos libres. La mayor parte de la inversión era para acomodar este lugar porque era un desastre. Vos podías venir a entrenar por objetivos, podías venir a entrenar en la clase grupal de Crossfit, o al salón de fitness con clases de spinning y demás. Era una mezcla. Y bueno, explotó. A la semana teníamos doscientos cincuenta socios. Todo el mundo hacía Crossfit, querían probar para ver qué era. Teníamos apenas siete barras, ocho pelotas, pero bueno, era la novedad, y con cualquier cosa que hacíamos de funcional la gente era feliz. Esto fue en abril de 2013. Yo daba todas las clases porque no había nadie acá que hiciera Crossfit. Después aparecieron los alumnos que se enganchan mucho y que vas apadrinando porque van siguiendo el camino de ser coach. 

Si vos tenés que nombrar una diferencia con los otros boxes, ¿cuál sería? 
Hay un montón de boxes que hacen las cosas bien. Lo que intenté hacer acá fue enseñar y prestarle atención a la gente para que se lleven algo, lograr cambiarles la ecuación en algo. El slogan es “Cambiá tu vida”. Es la mayor gratificación que tenés cuando llevas el enseñar, el ser entrenador, en la sangre. Obviamente a todos nos gusta ganar plata, pero cuando te gusta lo que haces se nota y sale más fluido todo. Cuando sos socio, sentís que te quieren enseñar, que hay un compromiso con vos que querés aprender.

Ricardo Wagner se muestra sin vueltas. Habla tranquilo pero sin pausas, con confianza en sus palabras. Sabe qué quiere, y cómo lograrlo. Conoce cada centímetro de su Q21, y quiere que siga creciendo. Su gimnasio impacta desde la puerta en adelante con movimiento, voces, música. Algún grito de aliento. Y la constante sensación de crecimiento.

La fidelización de los socios

Un problema difícil de solucionar, no solo en Crossfit, sino también en los gimnasios en general, es lograr la fidelización del socio. ¿Cómo lo logran? ¿Sigue siendo un desafío para Q21?
Lo que hacemos es buscar todo el tiempo innovar, aunque sea en pequeñas cosas. Que siempre haya algo nuevo, intentar dar algo más. No necesariamente mirando lo que hacen los demás, nosotros tratamos de hacer algo distinto de lo que ya estábamos haciendo. En el libro de los All Blacks dice que si sos el mejor, para seguir siendo el mejor, tenés que cambiar. Esto no quiere decir que lo seamos, pero al contrario de querer hacer siempre lo mismo porque nos va bien, queremos cambiar. Creo que es la clave para seguir manteniendote arriba, y seguir teniendo un flujo de gente importante, con fidelización. 

Y respecto a los socios que se van eventualmente, ¿intentas cambiar algo para evitarlo?
Como todas las cosas, los ciclos de las personas se terminan en los lugares. Y eso a veces no está mal. En el Crossfit, con los años, a veces los alumnos creen que terminan sabiendo más que el coach. Hay alumnos que vienen hace cinco años, viene un coach nuevo y dicen “esto que está diciendo ya lo hago”. Eso empieza a ser contraproducente para un grupo o para la clase si el profe no es fuerte, porque se empieza a inhibir y a no enseñar porque “esto ya lo saben”. El grupo fijo está bueno mientras sea sano y permita el ingreso de otra persona y lo incorporen. Después es como todo, hay un camino de entrada y otro de salida. “Ya llegué a un punto acá”, “yo quiero un poco más, ahora quiero ser atleta”, o “me mudé”, por equis razón el grupo se va desarmando y vos lo tenés que mantener siempre grande, por una cuestión comercial, y por motivación. Si veo que hay gente, la clase va a estar buena. Si no hay nadie… es como en todas las cosas. Innovar constantemente, generar algo nuevo, y también entender los ciclos. Está bueno que siga estando la gente de siempre, y también está bueno que haya una renovación y saber llevarla adelante, formando atletas y personas. 

Q21 Team

¿Cómo fue el camino de Q21 para participar en competencias?
El objetivo de Q21 es que las personas que vienen sean más saludables y tengan preparación física general. Pero se nos terminó relacionando con la parte competitiva por lo bien que le fue al equipo. Nosotros arrancamos el Q21 Team al año que abrí el box. Ese año me sirvió para ir formando personas que se entusiasmaron y empezaron a tener ganas de competir. El sueño que tuve a medida que me fui empapando con la actividad fue llegar a los CrossFit Games, que es el anhelo de cualquier atleta, de cualquier entrenador que está metido en esto. Lo que más quería era mostrar como un tipo normal podía competir en la élite de un deporte. La idea es que nuestros atletas fueran formados en Q21. Ese proceso llevó un tiempo. En el medio de eso, se fueron incorporando personas que venían de otros boxes, y que hicieron su proceso de atletas conmigo. Venían de jugar al fútbol, al rugby, hacer musculación en algún lado, o mismo de la clase común. Todos fuimos haciendo el proceso al mismo tiempo, porque yo también fui creciendo como entrenador. 

¿Les fue bien desde el principio?
Competimos para prepararnos desde bien abajo, haciendo interbox, y hasta competencias internacionales como SouthFit. Y después, nuestro primer regional que fue la semifinal para llegar a los Games. Fue un cachetazo, la gran mayor parte de las veces perdimos. Uno solo va a los Games. En 2014 armamos el equipo, en 2015 no clasificamos al regional, en 2016 clasificamos al regional y quedamos 33, en 2017 clasificamos y quedamos 31, en 2018 clasificamos y quedamos segundos a dos puntos, en 2019 los regionales se terminaron y se podían armar superequipos. Eso nos perjudicó porque todo el proceso que veníamos haciendo ya no servía, podía entrar cualquiera. Así y todo quedamos terceros, porque vinieron dos equipos de Estados Unidos a competir, y nos ganaron. En 2020 pandemia, y en 2021 llegamos a la semifinal, volvieron los regionales y clasificamos a los Games. Nos fuimos acercando, fuimos creciendo un montón. La clave fue la paciencia de los atletas, esperar a que llegara el momento. Y yo me tiro contra el vidrio si tengo que ir por lo que quiero. 

Redes, apps y el futuro de Q21

¿Qué importancia tienen hoy las redes sociales y la web en Q21? 
En lo que es innovación, nos tuvimos que ir ajustando a los tiempos que corren. Las redes sociales son muy importantes. Vos podés ser muy bueno en lo que hacés, pero si no lo mostrás nadie se entera. Personalmente soy un perfil demasiado bajo probablemente. Es una falla en mi esquema de trabajo. Pero el gimnasio tiene redes sociales y mostramos lo que hacemos. De hecho, Q21 está muy identificado con Crossfit por el equipo, por eso tenemos que reforzar que es mucho más que Crossfit el gimnasio, y que tiene muchas más actividades. Lo que queremos es lo mejor para vos, que entrenes de la mejor manera, y llevar tu fitness al máximo. Todo eso hay que explicarlo. Entonces las redes son muy importantes para poder mostrar, y tener otro tipo de relación con la gente. 

En este sentido, ¿qué cambios les brindó la aplicación Crossfy a su cotidianeidad?
Con CrossFy estamos hace mucho, a partir de la búsqueda de querer profesionalizar el box. La persona tenía en su celular una aplicación de su gimnasio, y en ese momento más todavía, era marcar la diferencia. Y me permitía estar dentro del teléfono de la gente, pudiendo interactuar de forma totalmente distinta, incluso cuando el gimnasio estaba cerrado. Y después en lo profesional, el hecho de que aparecieran las clases, que el socio supiera lo que tenía que hacer al otro día, que estuviera centralizado todo ahí, fortalece a la comunidad. 

¿Cómo utilizaron la app durante la pandemia, una vez que pudieron abrir?
Con la pandemia la aplicación se fortaleció mucho más con el uso de los turnos. Nosotros en su momento no trabajábamos con turnos, después de la pandemia sí, y los vamos a seguir usando toda la vida porque reacomodaron al gimnasio y es mejor para todos. Los socios están cómodos porque saben que tienen su lugar reservado, su equipamiento, y nosotros sabemos cuánta gente va a venir. Eso permite que todo funcione mejor, que el proceso de enseñanza y aprendizaje fluya. Y la app es el mecanismo formal por el cual todo funciona bien. 

A futuro, ¿cómo visualizás a Q21? ¿Por dónde te dan ganas de seguir creciendo? 
Lo que más quiero es que el lugar se siga profesionalizando, dando lugar a más profes. Hay algunos entrenadores que se formaron en Q21 y que después abrieron su box. Hay una frase que dice “los líderes forman líderes”. Hay una parte de mí que no quiere que se vayan porque yo los formé, pero es parte de las reglas del juego. La otra parte es que me siento orgulloso, alguien se formó acá y pudo seguir creciendo. Mi intención es que los profes sigan creciendo, y que los que están acá estén profesionalizados lo máximo posible, para que la gente siga eligiendo Q21 porque es el lugar donde mejores entrenadores podés encontrar. Siempre pensé, desde que se abrió el gimnasio, en el recurso humano que vos tenés para entrenar a la gente, y el crecimiento del lugar. Nunca vamos a bajar la vara y queremos ser el faro de los otros gimnasios, y que digan “hay que seguirlos a estos por lo que están haciendo”. Si eso está pasando, estamos bien. Después por otro lado, en lo personal y con la marca, hace un tiempito largamos las capacitaciones. Brindar conocimiento es parte de ser el faro. El desafío lindo es que siga ahí, siendo el faro. 

¿Qué le dirías a alguien que está pensando en poner un box?
No hay proyecto que fracase si vos sentís pasión por lo que vas a hacer. Eso fue lo que me motorizó. No el dinero, que obviamente todos queremos para tener una calidad de vida determinada. Pero si hay pasión, en algún momento funciona. La retribución, el orgullo de haberlo logrado, no tiene precio. 

Pasión por lo que se hace. Profesionalismo. Ir cada día un poco más lejos que el día anterior. Esfuerzo, constancia, paciencia. Convencimiento. Jugarse por lo que uno quiere. Cambiar para seguir haciendo las cosas bien. Y disfrutar del camino. Gracias Ricardo por recibirnos y compartir tu historia. Seguiremos mirando al faro que es Q21.