El movimiento es salud. Ese concepto, es uno de los que cuentan con mayor consenso en las diferentes ramas del deporte y la actividad física. Por eso en Crossfy Blog queremos contar historias de las distintas disciplinas que son parte de nuestro día a día. Ya contamos de Crossfit, yoga, y hoy empezamos con pilates. Una disciplina que creció a pasos agigantados en los últimos años, y que tiene una protagonista en Devoto (Ciudad de Buenos Aires) con más de veinte años de profesión. Marcela Pereyra Izaguirre, dueña de MarPilates, nos regaló una tarde de su tiempo para contarnos cómo fue el desafío de arrancar un estudio de pilates, cuando pocos lo hacían. 

¿Cómo nació MarPilates?
MarPilates nació en 2004, en un centro de estética de Villa Devoto. Había comenzado en ese lugar dando clases de yoga en 2001, y dos años después una profesora me buscó para que yo siguiera su técnica de pilates, ya que había pocas profesoras acá. Vuelvo al lugar donde estaba dando clases de yoga, y le propongo a la dueña comenzar con este nuevo formato, ya que no había muchos espacios, y me dice que sí. Ahí compro mis dos primeras camillas, y arranqué. Fuimos uno de los tres primeros espacios de pilates que se abrieron en Devoto. Mi nombre es Marcela, y con el tiempo me bautizaron MarPilates, mis compañeras, mis alumnas, y así me identifico hasta hoy. 

¿Qué necesitaste para abrir el espacio?
El espacio en el centro de estética me venía perfecto, ya que se trabajaba también a nivel salud. Con la dueña del lugar teníamos un mismo objetivo, y era un espacio de mujeres prácticamente. Pilates fue una solución para las mujeres que venían a buscar solo la estética. La dueña del lugar era nutricionista, y necesitaba que las pacientes incorporaran actividad física, y no había ninguna que le funcionara. Cuando empezamos con pilates, explotó. La gente encontró en pilates una actividad que podía hacer, que podía seguir, que podía continuar, que no se frustraba, y que sentía los cambios en su cuerpo. Y es una actividad con menos personas, más privada, personalizada, y dedicada. El espacio era el ideal, con un clima muy bueno, lleno de mujeres apoyándonos unas a otras. Y nosotras tratando de llevarlas adelante con cuestiones de estética y salud. 

¿Cuáles fueron los mayores problemas que tuviste para abrir el estudio?
No recuerdo tener mayores problemas para abrir el espacio, ya que comencé en un lugar que ya estaba formado. Para mi fue muy fácil, es una familia. Hace ya 22 años que trabajo ahí, tengo mi espacio dentro del lugar. Fue maravilloso crecer ahí.

¿Qué es lo que más te gusta de ser entrenadora?
Soy muy docente, es algo que no puedo evitar. Ya desde chica me gustaba jugar a la maestra, evidentemente es lo que me gusta, pero desde la parte física. Me gusta investigar mucho, soy muy observadora. Aprendí mucho con mis alumnas en estos años, más allá de todo lo que he estudiado, y me gusta estar aprendiendo constantemente con cada persona que viene. Si bien hay patologías comunes al resto, siempre hay alguien que viene con alguna que no es tan común. Lo que intento es ayudar, sacarlas adelante, y cambiarles la idea de que no pueden, de que les cuesta, o que les da fiaca. Estoy todo el tiempo incentivando. Me gusta alentar, y crear mujeres con ganas de cuidarse desde dentro. Eso es lo que más me gusta de ser entrenadora. Y los resultados, claro. Que ellas mismas vengan y me lo digan, me encanta. 

¿Por qué elegirías MarPilates, por sobre otros espacios?
De alumnas que vienen de otros lugares, me llega que la diferencia respecto a otros profesionales es que mi estilo está mezclado con yoga. Sin desmerecer a nadie por supuesto, porque cada uno tiene su técnica y estilo. De base, yo soy profesora de yoga, por lo que a todo le metí lo espiritual, la respiración, la conexión con el hoy y el presente. El hábito de mover el cuerpo nos alarga la juventud, por así decirlo. Hago mucho hincapié en eso. Me gusta crear, inventar nuevos ejercicios. Me encanta ver a mis alumnas reírse, ellas mismas me dicen que no saben con qué les voy a salir, por eso ya vienen esperando a ver qué les voy a dar. Nunca les doy nada igual a la clase anterior, y eso es algo que me recalcan, que doy clases distintas, y que vienen de lugares donde las clases son siempre iguales. Podría decir que la diferencia es esa, tomando las palabras de las alumnas mismas. 

¿Qué le recomendarías a una persona que quiere abrir su propio espacio de Pilates?
Lo que le recomendaría a una persona que quiere abrir su espacio, es crear su propia marca. Con eso me refiero a su diseño, su forma, su tipo de enseñanza. No copiar modelos, ni hacer un libro de secuencias de memoria sin haber estudiado el por qué de lo que hace, y cuál es su objetivo principal. Cada clase que armo tiene un nivel distinto, tengo alumnas de 75 años, y también de 20 y 40. Cada alumna tiene su necesidad. En base a eso diseño la clase, y pongo mi impronta mezclando pilates con lo espiritual e interno. Tenés que responderte antes de abrir el espacio qué es lo querés dar, qué servicio querés dar. El principal objetivo es dar un servicio que te dé placer y no te cueste, que sea algo natural. Y eso también es la propia marca, la propia esencia de uno. 

Instructora de Yoga, Instructora de Pilates, con formación en danzas y baile, reikista, y masoterapeuta. Una mujer con intereses que la hacen estar en constante movimiento, todos los días un poco más preparada que el día anterior, y creciendo junto a sus alumnas. Marcela vive su profesión con pasión y dedicación, y aconseja lo mismo para quienes quieren dedicarse a esta actividad. También usa la aplicación Crossfy, y nos cuenta cómo le cambió su cotidiano.

Crossfy me ayudó a poder dedicarme más al diseño de mis clases. Estaba ocupada en agendar a la gente, en acomodar los horarios que me cambiaban las alumnas. Ni hablar de los pagos. A nivel administrativo me ayudó un montón. Yo trabajo con un target de público bastante grande, y en el último tiempo hubo un recambio. Ahora tengo más gente joven, y antes eran más personas grandes, a quienes les costaba un poco lo digital. Después de probar y darme cuenta que me había quitado muchas cosas de encima de la organización, tenía que dar pasos adelante, y Crossfy me ayudó un montón. Estoy diseñando más clases, estudio más, observo más, hago más contenido para las redes. Es aplicable a todo. 

A futuro, ¿cómo visualizás MarPilates? ¿Cuál es tu sueño? 
Para mi el futuro es inmediato, es mañana. Con los años de experiencia, no sé si veo tan a futuro, pero si veo hacia atrás y todo lo que hice. Y me siento súper feliz. Quisiera que la gente que viene conmigo hace veinte años, me siga diciendo las cosas que me dicen, lo que les doy y brindo. Durante un tiempo soñé con hacer algo mucho más grande, con otros profesores, con mi técnica y manera de trabajar, pero en Argentina a veces es difícil ser emprendedora, y me tuve que reinventar mil veces. Sigo estudiando, me sigo capacitando, porque el cuerpo humano me parece algo maravilloso, la mente humana me parece maravillosa, y creo que todo tiene que ver con todo. Cada movimiento y cada cosa que hacemos tiene que ver con lo que pensamos, con lo que somos. Y los beneficios que nos dá movernos, hasta el último día de nuestras vidas, son impagables. Lo que anhelo siempre es poder transmitirle esto a quienes vienen buscando algo a mi estudio. 

Seguimos moviéndonos, contando historias de personas dueñas de sus vidas. Cada paso dado nos acerca más a quienes queremos ser, y ayudamos así a otros también. Desde Crossfy queremos seguir teniendo tardes de charlas como esta, para que vayamos creciendo todos juntos. A pleno movimiento.