Mediodía de un día de semana cualquiera. Estás revisando Instagram mientras almorzás algo, lo más sano posible según tu nueva dieta. Por tus Seguidos y Seguidores, el algoritmo te lleva a reels de ejercicios y personas dedicadas al fitness y al Crossfit. Nada nuevo, todo como siempre. Hasta que llegás al perfil de @paolashotgun . Mirás su feed, sus reels. Entrena constantemente y con una sonrisa, come sano, motiva al resto… te hace pensar: “seguro que nació entrenando, y se le hace fácil todo”. Pero, ¿y si no es así?

Esta semana, en Crossfy Blog, tuvimos el placer de hablar con Paola Carballeda, entrenadora de Nike Panamá, de Bulletproof Box, influencer, conductora del podcast Bulletproof Mindset, entre otras cosas. La historia de una licenciada en psicología que cambió su destino profesional con decisión, esfuerzo y convicción. 

¿Cómo empezaste tu relación con el deporte? 
Empecé mi relación con el deporte bastante tarde. A los 24 años mi cuerpo empezó a cambiar, siempre había sido delgada sin mucho esfuerzo, pero ya la ropa no me quedaba igual. Así que empecé a entrenar meramente por un tema estético. En ningún momento antes fui deportista o constante. Practiqué deportes como flag fútbol, boxeo, y ultimate freesbee entre otros, jugaba una temporada y lo dejaba. Me inscribía en el gimnasio, pasaba un tiempo y lo dejaba. Creo que lo que hizo la diferencia en ese momento es que encontré una disciplina, el Tacfit, que con un buen entrenador pude ver cambios. Era algo que realmente disfrutaba porque sentía que era buena y mejoraba. 

¿Cuál fue tu primer acercamiento al Crossfit? 
Después de aproximadamente tres años haciendo Tacfit, en 2013 se dieron cambios en mi vida personal y no pude practicar más esa disciplina. Así que me puse a buscar otras opciones de entrenamiento cerca de mi casa y así descubrí Crossfit, que era relativamente nuevo en Panamá, y me encantó el nivel de intensidad.

¿Qué representa el Crossfit para vos? 
A mí me gusta entrenar, llámalo como sea. Hay cosas del Crossfit que me parecen geniales: que es constantemente variado, que te permite tener un abanico de habilidades muy interesante, la intensidad. Pero hay otras cosas que no me gustan: la enfermiza competitividad, buscar estandarizar ejercicios para todo el mundo con movimientos que yo no veo como funcionales, o que se traduzcan a necesidades del día a día. Pienso que Crossfit es una palabra que puede asustar así como dar curiosidad a las personas.

¿Cómo tomaste la decisión de ser entrenadora? 
Con el clásico “estás tan fit, ¿por qué no me entrenas?”. Empezó como un relajo entre varias amigas mías que vieron mis cambios físicos con mi entrenamiento y quisieron que empezara a entrenarlas. Tampoco era feliz en mi trabajo de Gerente de Mercadeo de una marca de ropa italiana, así que me pregunté: ¿y si hago esto que quiero hacer? Ya tenía a mis tres amigas/alumnas felices con sus clases así que decidí formalizar la idea y ser más responsable, y me fui a certificar en Onnit Acadamy en Austin, USA. Después de un tiempo fui elegida entre varios entrenadores en Panamá para ser entrenadora oficial de Nike en Panamá, Costa Rica y Guatemala así que hice otra certificación en Nike HQ en Portland Oregon. 

¿Fue difícil cambiar de un tipo de trabajo a otro? ¿Qué fue lo que más te costó?
Realmente no fue difícil, yo estaba segura, pero me daba mucho miedo porque normalmente no me gustan los cambios. Entonces ¿por qué no fue difícil? Porque no estaba disfrutando ya lo que hacía. El momento más feliz del día era la hora que pasaba entrenando y/o dando clases, así que estaba segura que era algo para lo que servía y que disfrutaba hacer. Me daba miedo porque implicaba dejar la seguridad de un trabajo estable, con seguro, respaldo, años de experiencia y un buen salario, para iniciar un “veremos”. Lo que más me costó fue decírselo a mis papas. Aunque ya no vivía con ellos y era independiente, vengo de una familia muy tradicional que valora mucho el trabajo. Ellos estaban súper orgullosos de mi carrera laboral y era como decirles: “bueno ahora voy a estar en short y ropa apretada dando clases, independiente, sin estabilidad, empezando de cero”. Te puedes imaginar sus caras. La verdad es que les dije que me habían despedido de mi trabajo, lo cual era totalmente falso, y que iba a dar clases para tener algún ingreso mientras conseguía un nuevo trabajo. Pero estamos claros que ya lo tenía.

¿Qué le dirías a alguien que está pasando por lo mismo que vos cuando te decidiste a entrenar a otros? 
Le diría que si quiere dar clases porque le gusta ser atleta y sólo entrenar, que lo piense dos veces. Dar clases implica mucha paciencia, organización y hasta cierto punto creatividad. Si de verdad en su mente ser coach es lo suyo, tiene que estudiar y rodearse de gente de la que pueda aprender de su experiencia previa (creo que esto es más valioso que tomar un curso online). Y que tengan claros que tener cuadritos y estar fit no te hace entrenador, que es una gran responsabilidad e implica constantemente estar leyendo y aprendiendo. 

¿Cómo es un día normal en tu vida? 
Normalmente empieza cuando todavía es de noche. Voy a Bulletproof Box para dar las tres primeras clases junto a la Coach Gabriela Cardenas. Desayuno en el trabajo, mientras doy la clase. Cuando termino esas tres primeras clases me toca entrenar a mí, porque esa hora y media no son negociables. De ahí salgo alrededor del mediodía, voy a casa, trato de descansar y organizar todo para el día siguiente: comidas, snacks, programación. En la tarde regreso al box para dar las últimas clases del día, y de ahí a casa de nuevo a dormir. Los fines de semana trato de descansar, programar las clases de la próxima semana de BulletProof Box, programar el plan de entrenamiento a distancia virtual “Better Together” y programar el plan de entrenamiento especializado “Malditos Lisiados” que es una programación diseñada para rehabilitar personas con problemas de columna y/o discos herniados. 

¿Qué es lo mejor, y qué lo peor de ser entrenadora? 
Lo mejor es ver a la gente avanzar, alcanzar sus metas, poder ayudarlos a mejorar. Sin duda esa satisfacción que alguien siente al hacer un PR es 100% compartida con uno como entrenador. Amo contagiar a la gente las ganas de entrenar, ser activo, retarse y cuidar su salud. Lo malo es la gente que no presta atención y tener que repetir las cosas mil veces, tener que madrugar y no tener tanto tiempo para desconectarme. Me da mucho miedo enfermarme o lesionarme porque necesito mi cuerpo para trabajar. 

¿Cuáles son los desafíos de ser entrenadora? 
Evitar en la medida de lo posible lesiones de tus alumnos. No estar desactualizada. No sucumbir a los trends de redes sociales de salir bailando para explicar los beneficios de un tempo squats, con tal de ganar seguidores y atención. Estar constantemente estudiando para aprender y tener más herramientas para ayudar a tus alumnos a mejorar. 

¿Cómo te visualizas en cinco años? 
Soy mala, muy mala para esas proyecciones. Estoy segura que si hace cinco años me hubieran hecho esta pregunta jamás hubiera respondido “me gustaría tener mi propio gimnasio”. Y aquí estoy, teniendo mi propio gimnasio. Quiero estar feliz, disfrutando lo que haga, sea lo que sea, con mi cuerpo completo y rodeada de gente que me apoye y me haga mejores los días.

¿Cuáles son tus sueños? 
Uff, digamos que si hoy me resbalo en el baño, me desnuco y muero, soñaría con ser recordada como alguien que lo dio todo siempre, que no dejó nada a medias. Me gustaría ser recordada como alguien que ayudó a alguien a mejorar en algo, que lo inspiró y que vivió siendo lo más transparente posible. Y bueno, también sueño con tener una casa con muchos perros, gatos, cabritas y ovejas en un lugar medio remoto sin mucha gente molestando, y rodeada de personas auténticas.

¿Qué importancia tiene para vos utilizar aplicaciones como Crossfy? 
No puedo describir lo buena que es, yo soy realmente cero tecnológica y esta es una plataforma 100% amigable, práctica, fácil de usar y con un soporte técnico muy personal y familiar. No solo me ayuda a organizar el registro de las clases en el gimnasio, también me da la oportunidad de llegar a personas que no están ni siquiera en mi país y entrenan a distancia utilizando la aplicación. Creo que puedo decir que de las pocas cosas que me dejó la pandemia, además de abrir mi propio box, fue descubrir Crossfy como herramienta de trabajo.


Nadie dice que cambiar es fácil. Pero se puede. Con decisión, convicciones, una rutina prolija y constante, se puede. Hay historias de vida que son ejemplos para ser tomados. A veces son historias que nacen casi sin querer, de una suma de decisiones a lo largo de los años. Pero un día están ahí, con su sentido claro de principio a fin. Esa historia, contada por su protagonista, y leída por quienes están en un momento de su vida en el cual necesitan un pequeño empujón, pueden iluminar un camino que recién comienza. Una luz para empezar a caminar, y después hacer el camino propio. Como Paola, que sigue caminando, y motivándonos para que caminemos con ella.